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Ver catálogoLa saciedad es esa placentera sensación que se obtiene después de comer lo suficiente, como para acabar con el hambre.
La señal que genera sensación de saciedad tarda un promedio de 20 minutos en llegar al cerebro y avisar que la ingesta fue la suficiente. La misma se puede ver influida por un gran abanico de factores, que van desde los fisiológicos hasta los externos.
En esta nota, vamos a hacer hincapié en los factores externos, específicamente en aquellos que podemos controlar a través de un cambio en nuestras elecciones y hábitos.
Seguir una dieta baja en calorías generalmente implica reducir la cantidad de alimentos ingeridos y eso, muchas veces, afecta nuestra sensación de saciedad, que parece desaparecer.
Por suerte, no sólo la cantidad influye! He aquí los consejos para alcanzar mayor saciedad:
Como dijimos, al terminar de comer la sensación de saciedad tarda unos minutos en hacerse consciente. Por eso, uno de los principales consejos consiste en comer despacio.
Cuando comemos en un lapso de tiempo menor a los 15 minutos, se ingiere una cantidad mayor de alimentos, dado que no damos margen a que se haga consciente la sensación de saciedad y continuamos buscando calmar el hambre (ya calmada silenciosamente).
Esta ingesta apresurada de alimentos afecta, además, al normal funcionamiento del sistema digestivo, interviniendo negativamente en el metabolismo y la asimilación de los alimentos.
Por eso es importante disfrutar de cada bocado, dedicando al menos 30 minutos a la ingesta de alimentos, y masticar bien.
Si te resulta una tarea difícil aminorar la velocidad de ingesta, podés imponerte obstáculos mecánicos como tomar el tenedor con la mano no dominante, utilizar cucharas más chicas o palillos chinos.
Aunque no lo creas, otro de los consejos para controlar tu apetito y estimular la saciedad, es el de atender a los colores circundantes. Así es, hay colores que dan hambre y otros que, por el contrario, la apaciguan.
El azul calma el apetito, el negro lo inhibe, el rojo aumenta la presión arterial, da calor y produce inflamación y el naranja estimula el apetito, aumentando las ganas de comer.
Evitá la gama del color naranja en el ambiente donde comés y optá por los colores azul y negro.
Las horas de sueño también tienen su incidencia. Pocas horas de descanso pueden influir en el comportamiento hormonal, afectando el equilibrio entre la ingesta de alimentos y la sensación de saciedad; por lo que es recomendable dormir bien.
¿Qué alimentos nos convienen?
La temperatura de los alimentos es uno de los factores que cumplen un rol importante en la sensación de saciedad. Así es que, las comidas a temperaturas calientes generan mayor saciedad que las comidas a temperaturas frías. Ello se debe al tiempo de absorción y al hecho de que la temperatura estimula más el aparato digestivo y acentúa el sabor que recibimos.
Otro factor interviniente es la textura de los alimentos. Los alimentos enteros y sólidos, que requieren un mayor tiempo de masticación se digieren más lento y por lo tanto, la sensación de hambre tarda más en hacerse presente. Esto no pasa con los alimentos triturados o licuados.
Entre los alimentos que generan saciedad por tiempo más prolongado, se destacan los ricos en fibras, proteínas y agua.
El volumen de los alimentos es un factor crucial. Cuanto más volumen tiene un alimento, mayor es la distensión que provoca en el estómago y mayor la sensación de saciedad que generan.
Generalmente, el volumen de los alimentos está determinado por su cantidad de agua, lo cual es una buena noticia para tu dieta.
Siguiendo estos consejos vas a poder regular tu apetito y no sentir hambre. Para que mejores los resultados te recomendamos probar Pro Slim que, además de disminuir el apetito, reduce el tejido adiposo.
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