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Las abuelas son de esas personas que suelen decir '¡Ay! ¡me duele la rodilla!, va a llover. salí con paraguas'. Nosotros hacemos oídos sordos y siempre terminamos mojándonos.
La abuela tiene razón. Los días en los que el clima esta medio disparatado con altos porcentajes de humedad o variaciones bruscas en la presión atmosférica nuestro cuerpo lo siente y lo traduce en dolores de articulaciones, mayor sensibilidad en algunas cicatrices de operaciones y, a veces, dolores de cabeza insoportables.
Esto se debe a que cuando hay una baja presión atmosférica nuestros cuerpo se adapta a ella y, al no estar acostumbrado a estos cambios brusco de temperatura, su presión es diferente y los tejidos musculares se inflaman y empiezan a retener líquidos, lo que provoca que se inflamen las articulaciones y empiecen a producir estos dolores en el cuerpo.
Para que este malestar cese o al menos se calme, se pueden utilizar vendajes en las zonas afectadas de modo que la compresión contrarreste el efecto de la baja presión atmosférica.
Además, para calmar la sensación de pesadez, es recomendable comer liviano y evitar grasas y azúcares en exceso. Por otro lado, podés complementar tus dietas con Flex Defense, un reconstituyente que colabora con la reducción de dolores articulares, facilitando la regeneración de cartílago y aliviando el cuadro. Si te interesan las dietas livianas, podés leer más en este post: 'la importancia que tiene un buen desayuno'.