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Ver catálogoAdemás de ser la actividad física que, por excelencia, se vincula con la relajación de las personas, yoga es reconocido por su efecto antienvejecimiento.
Así es, las “asanas” (posturas de yoga) producen un descanso del corazón, un mejor funcionamiento de los procesos digestivos y una serenidad física y mental, con lo que se consigue estar en un estado físico y psíquico óptimo.
Realizar esta actividad nos aporta un sentimiento de felicidad y salud, cuyo efecto se extiende hasta la vejez… ¿las razones?
- Nos ayuda a trabajar nuestro equilibrio:
En la capacidad de equilibrio intervienen tanto nuestro cuerpo como nuestro cerebro. Practicar yoga nos ayuda a sincronizar la comunicación entre los hemisferios derecho e izquierdo del cerebro y a desarrollar agilidad física.
- Desarrolla flexibilidad:
Para la mayoría de las personas, el aumento de dolores y rigidez viene con la edad. En el yoga, se encuentra el camino hacia una mayor comodidad en el cuerpo, a medida que envejece.
A su vez, el desarrollo de espacio entre las vértebras con una práctica regular de yoga ayuda a alargar la columna vertebral, lo que mejora la conducción nerviosa a todos los órganos.
- Trabaja la fuerza:
Lentamente, yoga aumenta la fuerza. El hecho de tener músculos fuertes incrementa nuestra protección ante las condiciones del envejecimiento y, a su vez, ayuda a acrecentar la densidad ósea. Su práctica rutinaria disminuye la probabilidad de fracturas, propias de la edad.
Entre las actividades físicas, yoga resulta la más segura, debido a que no implica impactos fuertes en los cartílagos ni en las articulaciones, garantizando el cuidado de nuestro cuerpo sin dejar de movernos.
- Mejora la respiración:
Yoga aumenta la capacidad pulmonar, dotando a sus practicantes de mayor fuerza vital. Esta actividad nos ayuda a trabajar la capacidad de tomar aire, lo cual influye directamente en la energía presente a nivel celular.
Una respiración adecuada, además, favorece la regulación de la presión arterial.
Un estudio reciente de la Universidad de Pennsylvania evaluó los efectos del yoga en la presión arterial. El mismo arrojó que, los pacientes que hicieron yoga de 2 a 3 veces por semana, durante 24 semanas, experimentaron una disminución estadísticamente significativa en la presión arterial.
A su vez, se conoce que la correcta respiración mejora la digestión, hecho que repercute en el buen funcionamiento de todo el organismo.
- Aumenta la conciencia del cuerpo:
Conocer nuestro cuerpo resulta crucial y más aún cuando envejecemos.
Detectar y saber interpretar los mensajes de nuestro organismo es algo beneficioso. Nos ayuda a ser precavidos y atender a cada uno de ellos.
- Mejora la resistencia a las enfermedades:
A través de las posiciones de yoga, los órganos reciben un masaje que mejora la circulación sanguínea, favoreciendo el buen funcionamiento de los mismos y disminuyendo la probabilidad de contraer enfermedades.
Además de estos beneficios, yoga se destaca por su poder adelgazante: ayuda a regular el peso y, en consecuencia, posibilita que las personas se conecten mejor con su cuerpo.
Para mantenernos jóvenes y saludables, además de realizar yoga, es aconsejable alimentarse de manera sana y equilibrada y eliminar los malos hábitos, como fumar, beber alcohol en exceso, dormir poco y fastidiarse.
Para acompañar esta rutina, podés probar Nutra Flex. Dos cápsulas por día ayudarán a revitalizar y regenerar tus articulaciones, tus músculos y el sistema óseo.
Dos comprimidos de Factor Antiage también contribuirán a retrasar el proceso de envejecimiento y aportarán vitalidad, gracias a su alto poder antioxidante.